La mentira creída por todos menos por el que la dice. Parte 2

En nuestra reflexión anterior nos imaginamos las escenas de aquel terrible encuentro en Gergesea. Estoy seguro que el universo entero estaba contemplando lo que ocurría en aquel lugar. Los demonios, quienes probablemente eran muchos en número, están ahora frente a su creador. Inmediatamente le reconocen y no pueden callar ante su presencia. “Jesús, Hijo de Dios, ¿qué tenemos que ver contigo?”, le dijeron.

¿Se imagina todo lo que pasó por la mente de estos demonios durante aquella escena? Seguramente se acordaron del momento cuando el Padre reunió a todo el universo para conferirle una honra especial a su Hijo único. Se acordaron además, de la forma en que Lucifer los había desviado de la gozosa adoración que habían rendido al Padre todos los días de su existencia. Aquellos que durante mucho tiempo sirvieron reverentemente al Hijo de Dios ahora se encuentran en un enfrentamiento cara a cara contra él.

¿Se acordaron de la batalla que hubo en el cielo? Apocalipsis 12:7. Seguramente que sí porque ni intentaron luchar contra el Hijo de Dios. Solamente le reconocieron y le suplicaron que les permitiera ir a un hato de puercos que había allí cerca. Interesantemente a pesar de que en el desierto el enemigo quiso hacer dudar a Jesús de su naturaleza como Hijo de Dios, en esta ocasión los demonios no dudaron en reconocerlo.

Los demonios, quienes en algún momento en la eternidad vivieron felices en el cielo, reconocen y saben que Dios tiene un Hijo y que Jesucristo tiene un Padre. Nosotros, seres pecadores y que nunca hemos habitado los cielos, rechazamos la idea de que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios y que el Padre tiene literalmente un único Hijo. Algunas personas mienten y mientras lo hacen saben perfectamente la verdad. Satanás trata de hacernos creer que Jesús no es Hijo de Dios, y mientras lo hace, él sabe perfectamente que sí lo es.

El que miente sabe la verdad mientras que los que escuchan la mentira la creen y por lo tanto son engañados. ¡Qué paradoja! Satanás sabe perfectamente que Jesús es Hijo de Dios pero nos miente al decirnos que no lo es y el ser humano le cree. “Engañoso [es] el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9. Que el único Dios verdadero y su Hijo Jesucristo te guíen hacia toda verdad. ¡Amén!