Nabucodonosor sabía que Dios tenía un Hijo
- hemepe2006
- 28 may 2016
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Muchos han argumentado que el título de Hijo de Dios se lo ganó Jesucristo cuando nació de la virgen María. En las próximas reflexiones vamos a estudiar este tema y nos daremos cuenta que los hombres de la antigüedad sabían que Jesús era nadie más que verdaderamente el Hijo de Dios. El primero que vamos a estudiar es al perverso rey Nabucodonosor.
Aunque malvado, el rey Nabucodonosor tenía un corazón por el que Dios no estaba dispuesto a rendirse. Era un gobernante violento y sin ningún temor a Dios. Por el contrario era atrevido y en ocasiones desafió al mismo Soberano del Universo. Finalmente la reprensión y el amor de Dios transformaron su ser y rindió adoración al único Dios verdadero. En el libro de Daniel 4:37 se registra este cambio maravilloso: “Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras [son] verdad, y sus caminos juicio; y humillar puede a los que andan con soberbia.”
Probablemente una de las verdades que transformaron el corazón de este rey, fue el hecho de que él sabía que Jesucristo era literalmente el Hijo de Dios. La primera carta de Juan 5:5 nos dice: “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” El rey Nabucodonosor lo había aprendido y finalmente, luego de una seria disciplina, su corazón fue transformado.
El texto que nos muestra que este rey sabía que Jesús era el Hijo de Dios se encuentra en el libro de Daniel 3:25 y nos dice de la siguiente forma: “Respondió él y dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún daño hay en ellos; y el parecer del cuarto es semejante al Hijo de Dios.” ¡Qué gran privilegio tuvo este rey! En medio de un acto cruel de su parte pudo ver al Hijo de Dios paseándose en el horno de fuego junto con los tres jóvenes hebreos.
El rey Nabucodonosor no creía que Dios es una trinidad o que Jesucristo fuera un ser co-eterno con su Padre. Él sabía que Dios tiene un hijo único que fue engendrado en algún momento en la eternidad. Él lo vio en el horno de fuego y lo reconoció. Vale la pena preguntarse, ¿cómo supo el rey esta verdad tan preciosa? Tal parece que Daniel y los tres jóvenes hebreos hicieron muy buena obra misionera en Babilonia.
Apreciado lector, a pesar de la maldad que había en el rey de Babilonia, Dios pudo transformar su corazón. La verdad que escuchó de cuatro de los jóvenes deportados de Babilonia junto con la disciplina extrema del Creador, llevaron a la transformación de su ser. Si usted lo desea, si crees que Jesucristo es el Hijo de Dios y si estás dispuesto a aceptar la reprensión del Señor, tu corazón también puede ser transformado. ¡Amén!
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