La mayor duda que existe en nuestro planeta

En las Sagradas Escrituras podemos encontrar una y otra vez la expresión “Hijo de Dios” y eso nos indica la importancia del hecho de comprender esta sagrada verdad. Jesucristo literalmente tiene un Padre y el Padre literalmente tiene un Hijo. Esta relación es la base del plan de redención y es además la roca sobre la cual está fundamentada la verdadera iglesia de Dios, Mateo 16:16, 18.

Jesús, quien en algún momento en la eternidad había salido del Padre, se encuentra ahora en el desierto de la tentación y la primera tarea del enemigo consistió en hacerle dudar de su verdadera naturaleza. A nuestros primeros padres les hizo dudar del amor del Dios y como le había funcionado tan asombrosamente, ahora trató de hacerle dudar al Hijo de Dios de su eterna procedencia.

Luego de haber ayunado 40 días, el tentador se le acercó y le dijo lo siguiente: “Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”, Mateo 4:3. El enemigo sabía perfectamente que si Jesucristo perdía de vista su verdadera naturaleza, el plan de la redención no tendría ningún sentido. Si en realidad Cristo no era el Hijo de Dios, entonces el Padre estaría mintiendo y nada de lo que se estaba realizando era real.

Jesucristo, sin embargo, había estado 40 días en ayuno y en constante oración con su Padre. De esta forma él sabía de donde había procedido y su misión como Hijo único de Dios. En el libro de Juan 16:28 el mismo Jesucristo dijo: “Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo al mundo y voy al Padre.” Como podemos ver, Jesús sabía muy bien quien era su Padre y el enemigo no halló nada en él que pudiera desviar su misión.

Satanás tuvo éxito en su plan contra nuestros primeros padres al hacerles creer que el Padre les estaba mintiendo y que por lo tanto no los amaba a como él les había dicho. Fracasó, no obstante, en su intento de hacer dudar al Hijo de Dios de su maravillosa procedencia. El engañador, sin embargo, sigue en su lucha de hacernos dudar del amor de Dios y ha logrado que el mundo entero no crea en esa divina relación: Padre e Hijo.

El mundo entero adora a un Jesús diferente. Pablo advirtió a los habitantes de Corinto acerca de este engaño, 2 Corintios 11:4. El Padre habló desde los cielos en dos ocasiones para que el mundo entero supiera que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios. Jesús también conocía plenamente de donde había salido. Todos los profetas y hombres de Dios conocían y enseñaron esta verdad. La pregunta sin embargo es para usted, ¿crees que Jesucristo es el Hijo unigénito de Dios? Que el único Dios verdadero y su Hijo Jesucristo te ayuden a creerlo. ¡Amén!